"Leer sin reflexionar es igual que comer sin digerir"
Edmund Burke

"A veces en medio de la noche, los recuerdos como luces de bengala, vuelven trascendental y policro

domingo, 10 de noviembre de 2013

J.K. ROWLING VUELVE BAJO PSEUDÓNIMO


El Canto del Cuco
El próximo 14 de noviembre se publica en España el último libro de J. K. Rowling, 'El canto del cuco', una novela negra de 560 páginas publicada bajo el pseudónimo de Robert Galbraith.


El canto del cuco lo protagoniza el detective Cormoran Strike, un veterano de guerra con secuelas físicas y psicológicas, y su secretaria Robin Ellacott. Ambos investigan la historia de una joven modelo que muere tras caer desde su apartamento de Londres, aparentemente en un caso de suicidio.

Rowling lanzó casi simultáneamente 'El canto del cuco' bajo pseudónimo y 'Una vacante imprevista', una novela de contenido social, ambientada en un barrio de bloques de una pequeña ciudad en la campiña inglesa, firmada con su nombre. El Canto del Cuco tuvo buenas críticas pero modestas ventas en su edición original, de manera que ningún editor internacional se interesara por ella, pero tras una filtración que desveló la identidad de su autor, el libro se encaramó a la lista de los más vendidos.

Al mismo tiempo, 'Una vacante imprevista' consiguió ventas millonarias en inglés, aunque con cifras mucho menores que sus libros protagonizados por Harry Potter, y tras cosechar críticas muy tibias sus ventas fueron decepcionantes para los editores internacionales que adquirieron los derechos para traducirla a varios idiomas, tras una onerosa subasta.

La estrategia que ha seguido el nuevo agente de J. K. Rowling, Neil Blair, ha dejado fuera de juego a algunas de las editoriales que publicaron hasta ahora todos los libros de la escritora británica. Cuando sacó a subasta los derechos de 'Una vacante imprevista', los editores tuvieron que empezar a pujar por ella sin saber ni el título ni el tema. Teniendo en cuenta de que Rowling había insinuado en diversas ocasiones que estaba escribiendo una novela negra, hicieron sus propuestas iniciales (el agente desveló algunos detalles del libro a media subasta) a partir del supuesto de que se trataría de ese hipotético libro.

Sin embargo, tras asumir una importante apuesta económica, se encontraron con que el texto correspondía a un género con muchas menores perspectivas comerciales. Curiosamente, esa novela negra que habían creído comprar sí existía, pero oculta bajo un pseudónimo. La editorial histórica de Rowling en castellano, Salamandra, tras sufrir un quebranto con las ventas de 'Una vacante imprevista', asegura que en esta ocasión no ha presentado oferta por 'El canto del cuco', que sí ha sido adquirida por la editorial Espasa, que en su día perdió la puja por el otro libro.

Rowling ha sostenido que la filtración de su autoría no fue una jugada comercial, y logró incluso que el abogado que se fue de la lengua pagase una indemnización que iría destinada a una ONG en favor de los veteranos de guerra británicos.

viernes, 7 de junio de 2013

TOM SHARPE Y SUS NOVELAS, ¡PERFECTAS PARA ESTE VERANO!



El escritor británico Tom Sharpe falleció ayer a los 85 años en Llafranc (Girona), donde residía desde hace 22 años. Es un buen momento para recordar la vida y obra literaria de este londinense autor de obras como Zafarrancho en Cambridge (Anagrama), protagonizadas por Wilt.

Estudió en Cambridge, estuvo en la marina y a los 23 años emigró a Sudáfrica, lugar donde encontró el material que, en tono de farsa, le permitiría años después escribir su primera novela, Reunión Tumultuosa. Fue deportado por criticar el apartheid y de vuelta a Inglaterra trabajó 10 años en el Cambridge College of Arts and Technology, donde se las tuvo con un grupo de alumnos más bien brutos que le proporcionaron un material excelente para la creación de sus novelas sobre Wilt. 
La primera se publicó en 1976 y el éxito fue inmediato, su escritura en tono de farsa dio en el blanco y se convirtió en uno de los grandes autores de lo que se denomina humor británico en literatura, un genero con exquisito manejo de la ironía y sutileza por un lado o políticamente incorrecto por otro. Autores como Chaucer o Sterne, e incluso Shakespeare, son los precursores de este tipo de literatura. Luego vendrán otros, como Chesterton, Lewis Carrol, Edward, Lear, PD Wodehouse o Alan Benett, hasta llegar a los más nuevos, donde se puede incluir a Will Self, Nick Hornby y Julian Barnes, así como Paul Torday, Helen Fielding y Adam Thirlwell.

http://www.librerianobelvera.es/ebook/wilt-no-se-aclara_E0000566019
Les animamos a leer sus obras refrescantes y divertidas tanto a adultos como a jóvenes, publicadas por Anagrama, que pueden encontrar en nuestra librería y página web.

jueves, 25 de abril de 2013

EL GENIO DE ROBERT WALSER, por J.M. Coetzee

LA LETRA MICROSCÓPICA Y EL "MÉTODO DEL LÁPIZ" 
El día de navidad de 1956, la policía de la ciudad de Herisau, al este de Suiza, recibió un llamado: un grupo niños se había topado con el cadáver de un hombre, muerto por el frío, en un campo cubierto de nieve. Al llegar a la escena, la policía tomó fotografías y removió el cuerpo. El hombre muerto fue identificado fácilmente: era Robert Walser, de 78 años, extraviado de un hospital psiquiátrico. En sus tempranos años, Walser se había ganado cierta reputación en Suiza y en Alemania como escritor. 

Algunos de sus libros todavía estaban en la imprenta, entre ellos había una biografía de él. Pasar un cuarto de siglo en instituciones mentales, había secado su escritura. Las largas caminatas por el campo, como en la que murió, habían sido su principal esparcimiento. La fotografías de la policía mostraban a un anciano en sobretodo y botas tirado en la nieve, sus ojos abiertos, su mandíbula floja. Estas fotografías han sido ampliamente (y descaradamente) reproducidas en la literatura crítica sobre Walser que ha florecido en la década de 1960. La supuesta locura de Walser, su solitaria muerte y el descubrimiento posmórten de sus escritos secretos, fueron los pilares en los cuales se basó su legendaria leyenda como un genio escandalosamente descuidado. Inclusive el repentino interés en Walser se convirtió parte del escándalo. 

“Me pregunto a mí mismo -escribió el novelista Elías Canetti en 1973- si entre aquellos que construyen su pausada, segura y muerta vida académica regular o un escritor que ha vivido en la miseria y en la desesperación hay uno que se avergüence de sí mismo".
                                                                          * * *
Robert Walser nació en 1878 en un cantón de Berna, fue el séptimo de ocho niños. Su padre se formó como encuadernador de libros y tenía una tienda de papelería y accesorios. A los 14 años, Robert fue sacado de la escuela y puesto como aprendiz en un banco, donde realizó sus tareas administrativas de manera ejemplar. Pero, poseído por su sueño de convertirse en actor, huyó a Stuttgart. Su única audición resultó un humillante fracaso: fue descartado por duro e inexpresivo. 

Abandonando los escenarios, Walser decidió convertirse en un “poeta de buena voluntad”. Pasando de trabajo en trabajo, escribió poemas, bocetos, obras de teatro en prosa y pequeños versos, no sin éxito. Pronto fue tomado por Ingel Verlar, editor de Rilke y Hofmannsthal, quien publicó su primer libro. En 1905, en un intento de avanzar en su carrera, siguió a su hermano mayor, un exitoso ilustrador de libros y diseñador de escenarios, a Berlín. Allí, se inscribió en una escuela para sirvientes y trabajó un tiempo como mayordomo en una casa de campo (usaba uniforme y respondía al nombre de Monsieur Robert). 

No pasó mucho tiempo hasta que descubrió que él podía sostenerse a sí mismo mediante su escritura. Colaboró con prestigiosas revistas literarias y fue aceptado en círculos artísticos serios. Pero nunca estuvo cómodo en el rol de un intelectual metropolitano, después de unos tragos tendía a convertirse en un rudo y agresivo provinciano. Gradualmente se fue retirando de la sociedad hacia una solitaria y fructífera vida en las afueras. En ese contexto escribió cuatro novelas, de las cuales tres han sobrevivido: The Tanner Children (1906), The Factotum (1908) y Jakob von Gunten. Todo lo que escribió fue extraído del material de su propia experiencia de vida; pero en el caso de Jakob von Gunten, la más conocida de estas tempranas novelas, esa experiencia es maravillosamente transmutada. “Uno aprende muy poco aquí”, observa un joven Jakob von Gunten, después de su primer día en el Instituto Benjamenta, donde se inscribió como estudiante. Los maestros yacen a su alrededor como muertos. Hay solamente un libro de texto: “¿A qué aspiran los chicos de la escuela Benjamenta?” y una sola lección: “Como un chico debería comportarse”. Toda la enseñanza es realizada por la señorita Lisa Benjamenta, hermana del director. El señor Benjamenta se sienta en la oficina y cuenta su dinero, como un ogro en un cuento de hadas, la escuela es una especie de estafa. Sin embargo, después de haber escapado a la gran ciudad (sin nombre, pero está claro que es Berlín) a lo que él llama “una metrópolis muy, muy pequeña”, Jakob no tiene ninguna intención de renunciar. 
No le importa usar el uniforme de Benjamenta, sino que entra en contacto con sus compañeros y, además, tomar los ascensores del centro le da una emoción que lo hace sentir bien a un niño de su época. Jacob von Gunten pretende ser el diario que Jakob mantiene durante su estancia en el Instituto. Se compone principalmente de sus reflexiones sobre la educación, una educación en humildad y en los extraños hermano y hermana que la ofrecen. La humildad enseñada por los Benjamentas no es de la variedad religiosa. Sus graduados aspiran a ser hombres de servicio o mayordomos, no santos. Pero Jakob es un caso especial, es un alumno al cual las lecciones de humildad le llegan de una manera profunda. “¡Cuán afortunado soy “, él escribe, “al no ser capaz de ver en mí mismo algo digno de respetar y ver! Ser pequeño y quedarme pequeño”. 
Los Benjamentas son un misterio y, a primera vista, un par prohibido. Jakob se propone la tarea de penetrar en su misterio. No los trata con respeto, sino con la atrevida confianza de un niño acostumbrado a que se perdone cualquier travesura porque es simpático, lo que mezcla descaro con una evidente falsa autodegradación, que se mofa de su falta de sinceridad, seguro de que la franqueza desarmará toda crítica, pero sin preocuparse realmente si no lo hace. La palabra con la que se autocalificaría, con la que le gustaría que el mundo lo calificara, es diablillo. Un diablillo es un espíritu travieso; un diablillo también es menos que un diablo. Pronto Jakob comenzó a ganar preponderancia sobre los Benjamenta. La señorita Benjamenta insinúa que le gusta, él simula no entender. Ella le revela que lo que siente es quizá más que cariño, quizá sea amor; Jakob responde con un extenso y evasivo discurso repleto de sentimientos respetuosos. Frustrada, la señorita Benjamenta se va suspirando y muere. El señor Benjamenta inicialmente es hostil Jakob, es manejado hasta el punto de rogarle al niño para que sea su amigo, abondone sus planes y vaya a dar vueltas por el mundo con él. En un principio, Jakob se rehúsa: “Pero, cómo voy a comer, director. Es su deber encontrarme un trabajo decente. Todo lo que quiero es un trabajo”. Inclusive, en la última página de su diario, él anuncia que está cambiando de idea: va a tirar su pluma y partir hacia tierras salvajes junto con el señor Benjamenta (a lo que uno sólo puede responder Dios salve al señor Benjamenta) 

                                                                              * * * 

 Como personaje literario, Jakob von Gunten no tiene precedente. En el placer que él tiene en extraerse de sí mismo, tiene algo del Underground Man (Memorias del subsuelo) de Dostoevsky y, detrás de él, de Confessions (Confesiones) de Jean-Jacques Rosseau. Pero, como señaló el primer traductor francés de Walser, Marthe Robert, hay también en Jakob algo del héroe del cuento tradicional alemán, algo del muchacho que entra al castillo del gigante y triunfa a pesar de todos los obstáculos. Franz Kafka, al principio de su carrera, admiraba el trabajo de Walser (Max Brod recuerda con qué deleite leía a Kafka en voz alta los sketches humorísticos de Walser). En Kafka también se encuentran ecos de la prosa de Walser, con su lúcido diseño sintáctico, sus yuxtaposiciones casuales elevadas con lo banal, y su lógica extrañamente convincente de la paradoja, aquí está Jakob en estado de ánimo reflexivo: Nosotros usamos uniformes. Ahora, usar uniformes al mismo tiempo nos humilla y nos exalta. Lucimos como gente sin libertad, y eso es posiblemente una desgracia, pero también lucimos agradables con nuestros uniformes y eso nos separa de la profunda desgracia de aquellas personas que caminan alrededor con su propia ropa, pero redeados de sucias. Para mí, por ejemplo, usar uniforme es muy placentero porque antes nunca sabía qué ropa ponerme. Pero en éstas, también soy un misterio para mí mismo por el momento. ¿Cuál es el misterio de Jakob? Walter Benjamin escribió un artículo sobre Walser que resulta más llamativo por estar basado en un muy incompleto conocimiento sobres sus escritos. “La gente de Walser -sugiere Benjamin- son como personajes de cuentos de hadas cuando éstos llegan a su fin, personajes que ahora tienen que vivir en el mundo real. Hay algo de lacerante, inhumano, e infaliblemente superficial acerca de ellos, como si al haber sido rescatados de la locura (o de un hechizo), deben andar con cuidado por temor a caer en ella”. 

Jakob es un ser tan extraño y el aire que respira en el instituto Benjamenta es tan raro, tan cerca de lo alegórico que es difícil pensar en él como representante de cualquier elemento de la sociedad. Sin embargo, el cinismo sobre la civilización y sobre los valores en general, su desprecio por la vida de la mente, sus creencias simplistas acerca de cómo el mundo realmente funciona (que está dirigido por las grandes empresas que explotan a los hombres pequeños), su elevada obediencia a la más altas de las virtudes, su predisposición a aguardar el momento oportuno, esperando la llamada del destino, su pretensión de ser descendiente de nobles antepasados guerreros, así como su gusto por el ambiente masculino de la escuela y su delite por las bromas maliciosas, todas estas cartacterísticas, tomadas en conjunto, apuntan proféticamente hacia el pequeño burgués tipo que, en tiempos de gran confusión social, encontraría a las camisas pardas de Hitler muy atractivas. 

Walser no era abiertamente un escritor político. Sin embargo, su compromiso emocional con la clase de la que él venía, la clase de los comerciantes, empleados y maestros, era profundo. Berlín le ofreció una clara oportunidad para escapar de sus orígenes sociales, tal como lo hizo su hermano. Pero él rechazó esa oferta, escogiendo en su lugar regresar a los brazos de la Suiza provincial. Aún así, nunca perdió de vista, nunca se permitió perder de vista, las tendencias liberales conformistas de su clase, la intolerancia de gente como él mismo, soñadores y vagabundos. 

                                                            * * * 
 En 1913 Walser dejó Berlín y volvió a Suiza, “un autor ridículo y sin éxito” (según sus propias disparatadas palabras). Tomó una habitación en un hotel en la ciudad industrial de Biel, cerca de su hermana, y por los siguientes siete años se ganaba la vida precariamente colaborando en folletines literarios y vendiendo sketches a los diarios. Para el resto se fue a caminatas largas por el país y cumplió sus obligaciones en la Guardia Nacional. En las colecciones de su poesía y de su prosa corta, que continúan apareciendo, se volvió más y más al paisaje suizo social y natural. Escribió dos novelas más. El manuscrito de la primera, Theodor, fue perdido por sus editores; la segunda, Tobold, fue destruída por el propio Walser. Después de la Segunda Guerra Mundial, el gusto entre el público por el tipo de escritura en la que Walser había confiado como ingreso, empezó a desaparecer. Perdió el contacto con sus conocidos en la amplia sociedad alemana; en cuanto a Suiza, el público lector era muy pequeño como para sostener una corporación de escritores. A pesar de que él se enorgullecía de su frugalidad, tuvo que cerrar lo que llamó “su pequeño taller de pedazos de prosa”. Comenzó a sentirse más y más oprimido por la mirada reprobadora de sus vecinos, por la demanda de respetabilidad. Se mudó a Berna, a un puesto en el archivo nacional, pero a los pocos meses fue despedido por insubordinación. Fue de alojamiento en alojamiento, bebía mucho. Sufrió de insomnio, oía voces imaginarias, tenía pesadillas y ataques de ansiedad. Intentó suicidarse, fallando, porque como él admitió con total franqueza “ni siquiera pude hacer un lazo apropiado”. 

Era claro que Walser ya no podía vivir solo. Su familia estaba contaminada: su madre había sido una depresiva crónica, uno de sus hermanos se había suicidado, otro había muerto en un hospital psiquiátrico. Se sugirió que su hermana lo había aceptado, pero ella no quiso. Entonces Walser aceptó ser internado en un sanatario en Waldau. “Considerablemente deprimido y severamente inhibido”, decía el reporte médico inicial. “Respondió evasivamente a las preguntas sobre estar enfermo de la vida”. En evaluaciones posteriores, los doctores de Walser no se ponían de acuerdo acerca de qué, o si algo, estaba mal en él. Inclusive le insitieron para que tratara de vivir afuera nuevamente. Sin embargo, los cimientos de la rutina institucional pareció tornarse indispensable para él y eligió quedarse. En 1933 su familia lo transfirió a un asilo en Herisau, donde tenía derecho a asistencia social. Allí ocupó su tiempo en tareas como pegar bolsas de papel y clasificar frijoles. Permaneció en total dominio de sus facultades, seguía leyendo los diarios y revistas populares; pero, después de 1932, no escribió. “No estoy aquí para escribir, estoy aquí para estar loco”, le dijo a un visitante. Aparte, decía, el tiempo de los literatos había terminado (Recientemente, un miembro del staff de Herisau declaró haver visto a Walser en trabajo de escritura. Aunque esto sea cierto, no sobrevivió ningún rastro de escritura post 1932). 

Ser un escritor fue difícil para Walser en el más elemental de los niveles. No usaba una máquina de escribir, escribía a mano con una letra muy clara y bien formada de la que él se enorgullecía. Los manuscritos que han sobrevivido son modelos de caligrafía. La escritura a mano fue uno de los puntos en que los trastornos psiquiátricos se manifestaron primero. En algún momento durante sus treinta comenzó a sufrir calambres psicosomáticos en su mano derecha que él atribuyó a una animosidad inconciente hacia la lapicera como herramienta. Fue capaz de superar esos trances sólo dejando la lapicera y cambiándola por un lápiz. El uso del lápiz fue lo suficientemente importante para Walser como para llamarlo “su sistema del lápiz” o “su metódo del lápiz”. Lo que él no menciona es que cuando cambiaba a escribir con lápiz radicalmente cambiaba su escritura. A su muerte dejó alrededor de quinientas páginas de papel cubiertas con una microscópica letra en lápiz, tan difícil de leer que su testamentario en un principio pensó que se trataba de un diario escrito en un código secreto. En realidad, Walser no mantenía ningún diario. Tampoco su letra era un código: es simplemente escritura a mano con tantas abreviaciones idiosincráticas que, inclusive para los editores familiarizados con ellas, el desciframiento no siempre es posible. Es en borradores escritos a lápiz como han llegado a nosotros sus últimos trabajos, incluyendo su última novela, The Robber (El ladrón) (24 páginas de letra microscópica, 141 páginas impresas). 

Más interesante que la letra en sí misma, es la cuestión de lo que el “método del lápiz” hizo posible para Walser como escritor, algo que la lapicera no pudo proveerle (siguió usando lapicera para copias en limpio así como también para correspondencias). La respuesta parece ser que, tal como un artista con un palo de carbón entre sus dedos, Walser necesitaba tener un movimiento de mano rítmico y constante antes de que pudiera caer en un estado de ánimo en el que la ensoñación, la composición y el flujo de la propia herramienta de escritura se convirtiera en una misma cosa. En un artículo titulado “Boceto en Lápiz” de 1926-1927, menciona la “felicidad excepcional” que el método del lápiz le permitió tener. “Me calma y me alegra”, dijo en alguna parte. Los textos de Walser no están dirigidos ni por la lógica ni por la narrativa, sino por estados de ánimo, fantasías y asociaciones: en temperamento él es menos un pensador o un contador de historias que un ensayista. El lápiz y la auto inventada letra estenográfica permitieron el decisivo, ininterrumpido y todavía fantasioso movimiento de mano que se volvió indispensable para su ánimo creativo. J.M. Coetzee

PREMIO CERVANTES 2012

 
José Manuel Caballero Bonald (Jerez de la Frontera, 11 de noviembre de 1926) ha sido galardonado con el Premio Cervantes a una prolífica e intensa trayectoria en la que ha cultivado casi todos los géneros, aunque sus principales desvelos han sido para la poesía.

Cursó estudios de Filosofía y Letras en las universidades de Madrid y Sevilla, para después trasladarse a Colombia donde enseña Literatura Española, combinando su labor literaria con la docencia. Perteneciente a la Generación del 50, como poeta se inicia en 1948 con Poesía. Como novelista, su producción es escasa aunque significativa en lo que a narrativa social se refiere, destacando Dos días de septiembre en 1961. Ensayista, ha dejado obras como: Narrativa cubana en la Revolución (1968), o Sevilla en tiempos de Cervantes (1991), así como sus memorias recogidas en La novela de la memoria (2010).

Ha sido galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Premio Nacional de las Letras Españolas, Premio Nacional de Poesía y el Premio Miguel de Cervantes.

“Mi palabra no es mía, vive nutriéndose, manchándose de ajena vanidad. El tiempo es quien lleva mi mano, quien conduce las aguas remotas que me asedian. Estandarte de todo lo que escribo, van los años guiándome, perdiéndome por los puentes del sueño.”

martes, 16 de abril de 2013

SARAH LARK Y LA ISLA DE LAS MIL FUENTES

Nuevamente Sarah Lark ha elegido la ciudad de Vera y la Librería Nobel para realizar la presentación de su última novela LA ISLA DE LAS MIL FUENTES. La presentación inició una serie de actos culturales correspondientes a la programación de la SEMANA DEL LIBRO que organiza la Concejalia de Cultura del Ayuntamiento. Sarah Lark, nos visitó por tercera vez para hablar de sus obras, en esta ocasión Vera tuvo el honor de ser la primera ciudad donde se presentó la primera entrega de esta nueva novela, primera parte de la que será la bilogía del Caribe. La autora alemana de los best sellers que componen la Trilogia de Nueva Zelanda: El País de la Nube Blanca, La Canción de los Maoríes y El Grito de la Tierra, presentaba también la primera versión en inglés, editada en Estados Unidos por Amazon: IN THE LAND OF THE LONG WHITE CLOUD. El acto se desarrolló simultáneamente en Inglés y Español y pudo ser seguido en directo a través de internet desde la web de la librería, teniendo una magnifica acogida por parte de los lectores, que nuevamente disfrutaron charlando con la autora, quien como en ocasiones anteriores se mostró cercana y entrañable. El evento finalizó con la firma de ejemplares de todos sus títulos. Confiamos en que Sarah Lark vuelva a brindarnos pronto la oportunidad de seguir disfrutando de sus novelas, a través de la segunda parte de esta nueva Landscape novel, género del que, Sarah Lark, se ha convertido en best seller mundial.

domingo, 7 de abril de 2013

8 de abril DIA INTERNACIONAL DE LA ETNIA GITANA

COMUNICADO FSG 2013 2013 ha sido designado como “Año Europeo de los Ciudadanos”. Y este 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano 2013 es, por tanto, una buena ocasión para recordar —y para reclamar— la ciudadanía de los gitanos y gitanas españoles, como ciudadanos nacionales pero también como ciudadanos de pleno derecho de la Unión Europea. La ciudadanía europea supone, entre otros derechos y deberes, la libre circulación y residencia en los países de la Unión, poder votar en el Parlamento Europeo (para el que hay elecciones el año que viene), el derecho a reclamar ante situaciones de discriminación o la garantía del acceso a la educación. Pero garantizar los derechos ciudadanos también requiere tener garantizados previamente los derechos sociales, que la actual crisis está arrollando de manera implacable. Comenzando por el empleo, con unos índices de paro que no dejan de crecer y que, en España, entre los jóvenes o en comunidades como la gitana, llegan ya a extremos escandalosos y con pocas expectativas de mejora. Así, mientras la ya de por sí alta tasa de paro del conjunto de los españoles se ha duplicado en los últimos 5 años, para la población gitana prácticamente se ha triplicado. Además, ya no se trata solo de una crisis económica y financiera más o menos pasajera, sino que nuestro país ha caído en el pozo de una crisis social que, con los recortes en los servicios públicos y en los mecanismos de protección, hace aumentar día a día las situaciones de pobreza severa y la brecha de la desigualdad, con un claro riesgo de fracturación social, de pura y dura injusticia, y con grandes incertidumbres de cara al corto, medio y largo plazo para muchas familias. Como se viene repitiendo con insistencia desde nuestra Fundación y desde otras muchas organizaciones, las consecuencias más graves y dilatadas en el tiempo las están sufriendo los grupos de población más vulnerables, con menor cualificación y con menos recursos, entre los que se encuentran muchas familias gitanas españolas, por no decir la gran mayoría de ellas. Los importantes avances en la inclusión social y en la conquista de la igualdad de la comunidad gitana española en las últimas décadas están sufriendo un deterioro acelerado y alarmante. Y no vemos desde los poderes públicos y desde la misma sociedad mayoritaria una muestra clara de preocupación, de movilización, de solidaridad. En las administraciones públicas parece que el camino de la austeridad, la reducción del déficit, los recortes o la simple parálisis se convierten en la tónica dominante, con claros efectos en la prestación de servicios fundamentales (en la salud, en la educación… ), en las medidas de protección social o directamente en los planes de inclusión o en el propio Plan de Desarrollo Gitano. Se agrava por tanto la situación doblemente para la población gitana, al adelgazar las prestaciones sociales del Estado del Bienestar, pero también aquéllas más específicas que buscaban paliar las diferentes condiciones de partida de una comunidad secularmente excluida. La Unión Europa –y España como Estado Miembro– cuenta desde hace un año con una buena herramienta de integración y cohesión, las Estrategias Nacionales de Inclusión de la Población gitana 2012-2020. Pero que hay que estar vigilantes para que este importante avance no quede en papel mojado, siendo exigentes en su cumplimiento y demandando también que son imprescindibles unos recursos básicos para sacarla adelante, que no basta la buena voluntad, que hay que poner los medios para cumplir los objetivos e indicadores marcados. La Estrategia española cuenta además con avances respecto a las desarrolladas en otros países en cuestiones como la participación, la igualdad de la mujer, la atención a la población romaní extranjera o la lucha contra la discriminación. Un aspecto este último, sobre el que también la crisis está mostrando su peor cara y afectando, como en otras etapas históricas de infame recuerdo, a los más vulnerables, a las minorías… quienes se convierten rápidamente en chivos expiatorios de todos los males de la sociedad. En el proceso de configuración de la imagen social y de los prejuicios, hay que recordar el tremendo daño que pueden hacer determinados contenidos difundidos por los medios de comunicación en horarios de gran audiencia (un caso evidente es el programa Palabra de Gitano), con efectos en el imaginario colectivo muy difíciles de contrarrestar y con graves repercusiones también en el reciente fenómeno de las redes sociales e Internet, donde toman fuerza los peores fantasmas del racismo en una lucha desigual por la debilidad e insuficiencia de las herramientas disponibles para combatirlos. Es este terreno también es fundamental la solidaridad, la labor conjunta para conseguir una sociedad más digna, más justa, más decente para todos, también para los gitanos y las gitanas.

viernes, 22 de febrero de 2013

LA REINA DESCALZA

En esta tercera obra, Ildefonso Falcones nos propone un viaje a una época teñida por los prejuicios y la intolerancia del siglo XVIII. Desde Sevilla hasta Madrid, desde el tumultuoso bullicio de la gitanería de Triana hasta los teatros señoriales de la capital; del contrabando de tabaco a la persecución del pueblo gitano; de la fusión de culturas al nacimiento del preflamenco. Todo ello poblado por personajes que viven, aman, sufren y pelean por lo que creen justo. Su primera y exitosa novela 'La Catedral del Mar', ambientada en la Barcelona medieval del siglo XIV, fue editada en 43 países y se vendieron más de 5.000.000 de ejemplares en todo el mundo y recientemente la productora Diagonal TV ha adquirido los derechos audiovisuales. Su segunda obra, 'La mano de Fátima' eligió el siglo XVI para relatarnos una interesante historia sobre la expulsión de los moriscos de España.